Un fantástico Celta se impuso en el Vicente Calderón (2-3) y logró el billete para las semifinales de la Copa del Rey. Al Atlético, que comenzó bien el encuentro, le hizo daño el 0-1 del 'Tucu' Hernández y, sobre todo, el fabuloso 1-2 de Guidetti. Con el Atlético descompuesto, el Celta hizo una gran jugada para marcar el 1-3. Después entró Correa, el mejor del Atlético, para hacer el 2-3 en una preciosa jugada individual. El empuje no le dio para más al Atlético. El Celta sigue soñando porque así se lo ganó a pulso en el Calderón.
Fue extraño lo que le sucedió al Atlético, porque inició bien el partido y dejó unos buenos primeros 20 minutos, con un gran Saúl al frente. El centrocampista pudo marcar en una fabulosa acción individual en la que tiró un autopase sobre Cabral y aguantó la embestida de Hugo Mallo, pero luego Rubén estuvo atento en el intento de regate del rojiblanco y taponó el disparo. El Atlético presionaba mucho y bien, y exigía máxima concentración a la defensa del Celta. Lo que pasó tras esos 20 minutos fue de lo más raro, porque hasta Godín, probablemente la pieza más fiable del Atlético, estuvo desacertado. Guidetti le dio una mala noche, y eso habla muy bien del sueco.
El Celta tuvo la virtud de aguantar en los peores momentos y de golpear cuando tuvo su oportunidad. De inicio pareció superado, pero en estos instantes nunca dobló la rodilla. Se mantuvo en pie, sacó el espíritu competitivo. Y en la primera que tuvo hizo bingo. Sacó un córner en corto y el centro final sobre el área lo cabeceó el 'Tucu' Hernández, que se impuso a Gabi y aprovechó la indecisión de Moyá, que no supo si salir o quedarse en la portería, para clavar un buen cabezazo al palo contrario. No era un balón sencillo en cualquier caso para el meta del Atlético.
